Neurociencia aplicada al aprendizaje

Neurociencia y aprendizaje

La explosión tecnológica de los años 90 ha permitido realizar grandes avances en el estudio del cerebro y la neurociencia.

En la actualidad, contamos con elementos para saber cómo es el aprendizaje del cerebro humano en general y tenemos herramientas para descubrir cómo aprende cada cerebro individual. Estas herramientas nos posibilitan cubrir todos los estilos de aprendizaje, todas las inteligencias, los distintos canales de representación sensorial y formas de enfrentar desafíos.

 

Neurociencia aplicada al aprendizaje

¿Qué son los estilos de aprendizaje?

Son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores relativamente estables de cómo los aprendices perciben, interaccionan y responden a un ambiente de aprendizaje.

Nuestro estilo de aprendizaje está directamente relacionado con las estrategias que utilizamos para aprender algo:

  • Cómo seleccionamos la información: podemos distinguir visuales, auditivos y kinestésicos.
  • De qué manera organizamos la información que recibimos: el modelo de los hemisferios cerebrales.
  • Forma que utilizamos-procesamos la información: la rueda del aprendizaje de Kolb; el modelo de cuadrantes cerebrales; el modelo de Felder , etc..

Aprender es conectar neuronas; pero aprender también es desconectar neuronas.

Cuando uno aprende algo mal es muy difícil volver a aprenderlo bien. El cerebro filtra y decide qué guardar y qué no guardar en forma automática; cuando estamos delante de algo que no manejamos bien el cerebro se estresa, genera adrenalina.

El aprendizaje cambia la estructura física del cerebro, éstos cambios alteran la organización funcional del cerebro; es decir, el aprendizaje organiza y reorganiza el cerebro, depende de la experiencia y se beneficia positivamente de ella.

Diferentes partes del cerebro pueden estar listas para aprender en tiempos diferentes.

El cerebro es un órgano dinámico, moldeado en gran parte por la experiencia. Su desarrollo no es simplemente un proceso de desenvolvimiento impulsado biológicamente, sino que es también un proceso activo que obtiene información esencial de la experiencia.

¿Cómo convencemos al cerebro que la información es importante?

La información sí ocupa espacio, es por ello que el cerebro escoge qué información guardar, toda aquella relacionada con la supervivencia; cuando algo nos impacta emocionalmente la información queda guardada en la memoria a largo plazo.

La primera clave es el repaso, debemos convencer al cerebro que lo que estamos repitiendo merece la pena ser almacenado, cada vez entendemos más, y si le agregamos novedad mucho mejor la atención, duración de la atención sostenida.

El cerebro necesita hacer introspección, sale fuera y luego entra a un pensamiento, a una imagen, a un diálogo y vuelve a salir, salvo que el entorno sea muy cambiante o presente muchas amenazas el cerebro se mantiene “afuera”. La atención se va cada 15 minutos.

Cuando se presta atención la información empieza a entrar y se activa la memoria de trabajo, y recién entra en acción el hipocampo, tiempo que tarda en guardarse la información en el hipocampo de 10 minutos a 2 años.

El cerebro es, básicamente, una máquina predictiva encaminada a reducir la incertidumbre del entorno para proteger la supervivencia y mantener la prolongación de la especie

Fuentes: http://meg.ctb.upm.es/es/

 

David Cru

Director del IEC

Hace ya más de 18 años que cayó en mis manos el primer libro de coaching que leí. El que me hizo enamorarme de esta profesión.

En 2004 me formé en el primer máster en coaching personal, ejecutivo y empresarial que se impartió en España.

Y justo al año siguiente decidí crear el Instituto Europeo de Coaching.
Me encanta trabajar con personas, entender cómo funcionamos, cómo afrontamos los desafíos y los cambios.

Me gusta sentir que con mi trabajo puedo marcar un antes y un después en la vida de otros. Que puedo ayudar, aportar y dar la oportunidad a los demás de encontrar nuevas y mejores oportunidades.

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