«Los toreros desempeñan roles en entornos de alta responsabilidad y exigencia, poseen una clara vocación a la consecución de objetivos, y deben tomar decisiones en situaciones límite en medio de grandes dosis de tensión; por eso son sujetos ideales para practicar el coaching«, afirma Pedro Marcos.
«Los trances a los que se enfrentan les exponen a unas consecuencias más arriesgadas que las tomadas por cualquier directivo de empresa y, si estos se forman durante toda su carrera en técnicas de coaching, ¿por qué no deben hacerlo ellos?»
«El coaching es ayudar a alguien a pensar por sí mismo, a encontrar sus propias respuestas, a descubrir dentro de sí su potencial, en definitiva, a conseguir sus propios objetivos, tanto a nivel profesional como personal.»
Pedro Marcos es, además, socio director de EFIC, Escuela de Formación Integral en Coaching.